25 de febrero de 2007

Con los dientes largos

Con los dientes largos.
Como tras ese inoportuno despertar, cuando el roce de sus labios con los tuyos ilustraba la palabra dulce.
Ambos actores de lo mediocre,
pendientes de un "corten"que mutilaría una vez más el final del sueño.
-Que acabe ya, que acabe en este punto donde cabe, justita, la ilusión-
pensabas en alto para que algunos de esa supuesta especie* pudieran oírte con el trocito de su alma que suele aferrarse a los verdes intensos
Buscabas que aprobaran tu actitud.
Intentabas, en definitiva, no quedarte sola.
*nuestra especie: solíamos autodefinirnos como soñadores empedernidos, afincados en la nubes. Funambulistas en la cuerda que une anima y corpus, pasábamos gran parte de nuestro tiempo desatando sus nudos.
Quizá, y sólo quizá, no sería un sueño, si tuviese final ...

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